Por qué no se come carne en Semana Santa

    Por:
  • Carlos Lara,
  • Redacción Desde la Fuente,

Por qué no se come carne en Semana Santa

Fuente: El Clarín
Foto: Getty Images

Durante Semana Santa, la cual comienza en el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Pascua, los católicos creyentes se someten a un período de reflexión y conexión para venerar el sacrificio de Jesús y sentir su dolor al ser crucificado.

Entre las maneras de penitencia que impone la Iglesia Católica para conmemorar los últimos días de Cristo en la Tierra, recomienda abstenerse de consumir carne roja ya que es una representación al cuerpo de Jesús en la cruz. Este alimento es reemplazado por las carnes blancas, como el pescado o el pollo.

Semana Santa: qué días no se puede consumir carne roja

La tradición era abstenerse a este alimento el Miércoles de Ceniza y todos los viernes desde el comienzo de la Cuaresma, aunque no todos lo cumplían.

Debido a esto, la Iglesia estableció no comer carne dos días al año: el Miércoles de Ceniza, que este 2024 fue el 14 de febrero, y el Viernes Santo, que cae este viernes 29 de marzo, fecha que se conmemora la muerte de Jesús. Muchos católicos también le suman el sábado previo al domingo de Pascuas, como forma de luto.

Por otro lado, el Domingo de Pascua es un día de celebración por la resurrección del hijo de Dios. Los católicos dejan de cumplir con la penitencia y celebran con un festín de carne roja que Cristo volvió en cuerpo y alma.

Una de las razones por las que la Iglesia sugiere abstenerse del consumo de carne roja durante estas fechas es porque es la representación de Cristo en la cruz. A este alimento lo reemplazan por el pescado, que aparece en las Sagradas Escrituras.

La carne también es asociada a los banquetes y las celebraciones, por lo que consumirla durante estas fechas no es apropiado ya que no son días festivos, sino de conmemoración.

Historia

Santo Tomás de Aquino, en la Parte II de su Summa Theologica explicó: «El ayuno fue instituido por la Iglesia para refrenar los deseos (o exceso de deseos) no gratos a Dios como lo es la carne, aliciente para la lujuria, mismos que se refieren a los placeres del tacto en conexión con la comida y el sexo».

«Por tanto-continuá- la Iglesia prohibió a los que ayunan participar de aquellos alimentos que proporcionan mayor placer al paladar, y además son un gran aliciente para la lujuria. Tal es la carne de los animales que descansan en la tierra, y de los que respiran el aire y sus productos». Según se puede interpretar, el pescado no entra en ese grupo.

Para los católicos, la esencia de esta época radica en el sacrificio, por lo que no solo se trata de consumir pescado y olvidarse de las carnes rojas, sino también de abstenerse de todos los manjares exquisitos. Es por ello que también excluyen las ostras y las langostas, que son acuáticos asociados al lujo, y el pollo, que es carne blanca, pero de «sangre caliente» y de tierra.

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